Negocio del entretenimiento

Muchas son las dudas que se generan al contemplar cómo manejar el proceso de redención, ¿cuál el porcentaje de entrega de puntos o tickets adecuado? ¿Cómo y con qué productos surtir el punto de recambio?, ¿impulso o no a mis visitantes a que cambien sus puntos?, entre otras. No hay que olvidar que la redención es la mejor estrategia de marketing; entre más puntos se entreguen y garanticen que sean redimidos en la casita de cambio indudablemente se generan más ventas; las sonrisas de satisfacción de los niños con sus premios son excelente vitrina y la mejor publicidad del parque  que se puede tener dentro de la tienda y el centro comercial.

El enfoque debe ser la abundancia, es esencial cerciorarse de que las máquinas están entregando puntos y que sus clientes encuentren en la vitrina productos tan atractivos y accesibles que los quieran llevar a casa, esto incrementara el deseo de consumo.   

En Latinoamérica, en varias ocasiones hemos visto que los premios tienen un precio de canje sin sentido, tan alto que ningún cliente lo puede canjear o que no corresponde al precio de venta del producto en una tienda regular, si el cliente percibe que los premios son inalcanzables o son de una calidad tan baja que no quieren llevárselos, la estrategia de redención fallará. No se debe tener ganancias en la mercancía solo cubrir los costos ya que nuestro negocio es el ENTRETENIMIENTO. 

Recuerden que el objetivo es que el cliente perciba el mayor valor posible por el dinero que deja en su negocio, tanto en experiencia como en calidad del producto; esto fidelizará futuras visitas. 

Otro de los errores en la estrategia de redención es la exhibición, ya  que  en algunos puntos de canje  vemos vitrinas desocupadas , con productos populares o en mal estado; la casita de redencion debe seducir al cliente, con productos  aspiracionales estratégicamente expuestos, con valores en puntos accequibles, de excelente calidad, diferenciales, exclusivos; hay que cuidar de su limpieza,  protección de la luz, descartar aquellos que luzcan desgastados; la mercancía exhibida debe estar en excelente estado.